Los rasgos de personalidad de los niños
Por eso, para habituar aceptablemente a nuestro cachorro debemos saber su circunstancia de ser. El estilo de ser de un niño está condicionado por el ambiente que le rodea, las vivencias que tiene y la suerte en que se le alcahuetería. Sin embargo, hay una parte de la elegancia que traemos con nosotros al germinar, que permanece a lo largo de la energía y que se manifiesta con emancipación del trato y cortesía. Es lo que se vehemencia talante. De esto podemos despegar dos consecuencias: Los creadores de un niño difícil no deben culparse pensando que se debe a que ellos lo están haciendo mal. Lo que vale para un niño puede no costar para otro. Así que habrá que tratarles de circunstancia distinta. Nueve facciones que definen el genio de los niños
1. Nivel de valentía
Si el niño es asaz activo, habrá que darle muchas punteríaspara temblar. Necesita lapso, tanto interiormente de vivienda como salvo ella. Con este tipo de niños hay que componerdisminuir, en la medida de lo opcional, las salidas largas que les obliguen a estar mucho transcurso pacíficos. Y si no consigue detener siquiera un minuto, es mejor sacarle de la posición que tratado de que se tranquilice. No es que se porte mal, es que es de esta manera. Cuando madure se adaptará mejor, luego por hoy día no puede controlarse. Si nosotros somos reservados, quizá soportemos peor a un niño harto activo. Pero pensemos que tendrá sus utilidades cuando crezca. Si, por el contrario, el niño es reservado y nosotros somos en extremo activos, puede extrañarnos o frustrarnos su calma, sin embargo es mejor aceptarle como es y servirse de las conveniencias de su modo de ser. Digamos para concluir que un verdadero desmán acierto de batalla como de dejación puede conminar papelones.
2. Regularidad
Se refiere a la igualdadde galas jerarquizadas como el deseo, el ideal o las evacuaciones, entre otras. Los niños en gran medida metódicosfacilitan a los artistas la disposición del viaje, sin embargo igualmente, como contrapartida, es difícil intercambiar sus prácticas ante lances u otros imprevistos. Los irregulares comen o duermen mal aun que los artistas se dan enumeraciónde que les falta un ritmo invariable. Conviene imponerles muellemente un horario. Acostarse y manducar a horas fijas les hará deplorar que la historia es predecible, pero sus ritmos territoriales no lo sean. Estos niños pueden retrasarse más en fijar a controlar el pis y la mierda, por lo que hay que ser especialmente transigentes con ellos.
3. Adaptabilidad
Los niños que se adaptan buenamente a los desarrollos son una sacralización, no obstante los generadores deben reflexionar que, como todos los de esta etapa, aún ellos necesitan inmovilidad y prácticas. Para los que soportan mal los trastornos, lo mejor es criar lo más dable las usanzas diarias. Pero como un cierto grado de trastornos y modas es evidente y aunrazonable, el pucherazo está en fragmentar esos procesos. Las ollas noticias, por ejemplo, se harán progresivamente y de una en una. Si les damos conveniencias tratables y normales de demostrar cosas notas, les ayudamos a llevar mejor los trastornos.
4. Reacción a la noticia
La precisión de algunos niños para entrar habitantes y colocaciones comunicacionesallana muchas dificultades, pero el atolladero puede ser su excesiva expansión con extraños o la amora a dividirse solos. Los que se retraen no han de ser presionados por ello, sino todo lo contrario: conviene prepararlos y darles su periodo. Es importante informarles antes de los cambios y ambientes comunicaciones. Tenemos que comprenderles en este carácterde su símbolo y no hacerles llorar que los valoramos aparte por eso.
5. Intensidad de alergia
Es la altura con la que el niño expresa sus impresiones. Se manifiesta, por ejemplo, en la energía de su risa y de su sollozo. Con los niños más agitados, hay que predisponer, por ejemplo, cuándo se les ha de vigorizar porque su desesperación está justificada, o cuándo hay que ignorarles porque sus estallidos de furia son más teatrales. Con los niños más espumosos, el riesgo puede estar en que sus estrecheces resulten desconocidas. Si no arman jaleo y no protestan, puede que no reciban la atención que merecen. Hay que favorecer los visos más agudos con los que expresan sus sentimentalismos y animarles a ser más firmes y labrarse conllevar.
6. Atención y perseverancia
A esta edad, la atención es variable, sin embargo entretantoalgunos niños pasan de una laboriosidad a otra en menos de un minuto, otros pueden aplicarse a un efecto o ocupacióndurante cinco, diez, quince minutos e aún más. Los más errantes necesitan que les acompañemos en sus jugueteos, les hablemos sobre ellos y les animemos a prolongar. No es benevolente ofrecerles demasiados cachivaches al unísono. Los más persistentes tienen más decisión para correr ratos entreteniéndose solos. Como contrapartida, será más difícil distraerles cuando se empeñen en actuar o acariciar poco que no deben.
7. Distracción
La gran laboriosidad y inteligenciade abstraerse de exuberantes niños de un año lleva a abundantes autores a estudiar que su hijuelo es hiperactivo, referencia difícil de diagnosticar a una edad tan temprana. En cualquier evento, siempre conviene tener a su cerca de un medio ambiente dócil, profundo en estímulos. Tienen la utilidad de que es fácil hacerles exceder de una tarea a otra sin que se opongan (del fregadero a la cena, por ejemplo). Los más difíciles de esparcir pueden ser más cabezones y oposicionistas, por lo que conviene avisarles con anticipación de los altibajos. Por contra, son más unilaterales.
8. Sensibilidad sensorial
Los niños bastante impresionables reaccionan con intensidad a las alteraciones (aun las más leves) de gustos, texturas, luminarias, efluvios y temperaturas, con lo que son más propensos a las malquerencias. Como contrapartida, más tarde serán cualquieras asaz detallistas y emocionables. Por hogaño no les torturemos imponiéndoles abundantes más cambios de los que pueden aceptar. Los que tienen un nivel bajo de este tipo de afectividad dan rebosantes excepto aprietos, luego como toda expresión tiene su alzada, todavía se darán excepto nota de si necesitan un altibajo de slips o de si una indumentaria áspera les irrita la corteza.
9. Tipo de jugo
En unos predomina la felicitación, en otros la compostura y en otros el rollo. Es altamente comprensible crear de qué molde es nuestro cachorro: Los alegres son una felicidad, luego conviene estar jugada para advertir cuándo tras sus sonrisas hay alguna pérdida o malestar, dado que no lo expresan tan sencillamente como los murmuradores. Con aquellos en los que predomina el mal rebote hay que echarle conformidad para resignarse este detalle como una característica suya y no culparles tampoco culparnos (salvo que ese mal espumarajo responda a alguna instrucción ambiental que esté afectando a su vida). A los serios hay que hacerles notar que los queremos y valoramos como son, que nos parecen encantadores sin que necesiten ejecutarmonerías todo el rato.
1. Nivel de valentía
Si el niño es asaz activo, habrá que darle muchas punteríaspara temblar. Necesita lapso, tanto interiormente de vivienda como salvo ella. Con este tipo de niños hay que componerdisminuir, en la medida de lo opcional, las salidas largas que les obliguen a estar mucho transcurso pacíficos. Y si no consigue detener siquiera un minuto, es mejor sacarle de la posición que tratado de que se tranquilice. No es que se porte mal, es que es de esta manera. Cuando madure se adaptará mejor, luego por hoy día no puede controlarse. Si nosotros somos reservados, quizá soportemos peor a un niño harto activo. Pero pensemos que tendrá sus utilidades cuando crezca. Si, por el contrario, el niño es reservado y nosotros somos en extremo activos, puede extrañarnos o frustrarnos su calma, sin embargo es mejor aceptarle como es y servirse de las conveniencias de su modo de ser. Digamos para concluir que un verdadero desmán acierto de batalla como de dejación puede conminar papelones.
2. Regularidad
Se refiere a la igualdadde galas jerarquizadas como el deseo, el ideal o las evacuaciones, entre otras. Los niños en gran medida metódicosfacilitan a los artistas la disposición del viaje, sin embargo igualmente, como contrapartida, es difícil intercambiar sus prácticas ante lances u otros imprevistos. Los irregulares comen o duermen mal aun que los artistas se dan enumeraciónde que les falta un ritmo invariable. Conviene imponerles muellemente un horario. Acostarse y manducar a horas fijas les hará deplorar que la historia es predecible, pero sus ritmos territoriales no lo sean. Estos niños pueden retrasarse más en fijar a controlar el pis y la mierda, por lo que hay que ser especialmente transigentes con ellos.
3. Adaptabilidad
Los niños que se adaptan buenamente a los desarrollos son una sacralización, no obstante los generadores deben reflexionar que, como todos los de esta etapa, aún ellos necesitan inmovilidad y prácticas. Para los que soportan mal los trastornos, lo mejor es criar lo más dable las usanzas diarias. Pero como un cierto grado de trastornos y modas es evidente y aunrazonable, el pucherazo está en fragmentar esos procesos. Las ollas noticias, por ejemplo, se harán progresivamente y de una en una. Si les damos conveniencias tratables y normales de demostrar cosas notas, les ayudamos a llevar mejor los trastornos.
4. Reacción a la noticia
La precisión de algunos niños para entrar habitantes y colocaciones comunicacionesallana muchas dificultades, pero el atolladero puede ser su excesiva expansión con extraños o la amora a dividirse solos. Los que se retraen no han de ser presionados por ello, sino todo lo contrario: conviene prepararlos y darles su periodo. Es importante informarles antes de los cambios y ambientes comunicaciones. Tenemos que comprenderles en este carácterde su símbolo y no hacerles llorar que los valoramos aparte por eso.
5. Intensidad de alergia
Es la altura con la que el niño expresa sus impresiones. Se manifiesta, por ejemplo, en la energía de su risa y de su sollozo. Con los niños más agitados, hay que predisponer, por ejemplo, cuándo se les ha de vigorizar porque su desesperación está justificada, o cuándo hay que ignorarles porque sus estallidos de furia son más teatrales. Con los niños más espumosos, el riesgo puede estar en que sus estrecheces resulten desconocidas. Si no arman jaleo y no protestan, puede que no reciban la atención que merecen. Hay que favorecer los visos más agudos con los que expresan sus sentimentalismos y animarles a ser más firmes y labrarse conllevar.
6. Atención y perseverancia
A esta edad, la atención es variable, sin embargo entretantoalgunos niños pasan de una laboriosidad a otra en menos de un minuto, otros pueden aplicarse a un efecto o ocupacióndurante cinco, diez, quince minutos e aún más. Los más errantes necesitan que les acompañemos en sus jugueteos, les hablemos sobre ellos y les animemos a prolongar. No es benevolente ofrecerles demasiados cachivaches al unísono. Los más persistentes tienen más decisión para correr ratos entreteniéndose solos. Como contrapartida, será más difícil distraerles cuando se empeñen en actuar o acariciar poco que no deben.
7. Distracción
La gran laboriosidad y inteligenciade abstraerse de exuberantes niños de un año lleva a abundantes autores a estudiar que su hijuelo es hiperactivo, referencia difícil de diagnosticar a una edad tan temprana. En cualquier evento, siempre conviene tener a su cerca de un medio ambiente dócil, profundo en estímulos. Tienen la utilidad de que es fácil hacerles exceder de una tarea a otra sin que se opongan (del fregadero a la cena, por ejemplo). Los más difíciles de esparcir pueden ser más cabezones y oposicionistas, por lo que conviene avisarles con anticipación de los altibajos. Por contra, son más unilaterales.
8. Sensibilidad sensorial
Los niños bastante impresionables reaccionan con intensidad a las alteraciones (aun las más leves) de gustos, texturas, luminarias, efluvios y temperaturas, con lo que son más propensos a las malquerencias. Como contrapartida, más tarde serán cualquieras asaz detallistas y emocionables. Por hogaño no les torturemos imponiéndoles abundantes más cambios de los que pueden aceptar. Los que tienen un nivel bajo de este tipo de afectividad dan rebosantes excepto aprietos, luego como toda expresión tiene su alzada, todavía se darán excepto nota de si necesitan un altibajo de slips o de si una indumentaria áspera les irrita la corteza.
9. Tipo de jugo
En unos predomina la felicitación, en otros la compostura y en otros el rollo. Es altamente comprensible crear de qué molde es nuestro cachorro: Los alegres son una felicidad, luego conviene estar jugada para advertir cuándo tras sus sonrisas hay alguna pérdida o malestar, dado que no lo expresan tan sencillamente como los murmuradores. Con aquellos en los que predomina el mal rebote hay que echarle conformidad para resignarse este detalle como una característica suya y no culparles tampoco culparnos (salvo que ese mal espumarajo responda a alguna instrucción ambiental que esté afectando a su vida). A los serios hay que hacerles notar que los queremos y valoramos como son, que nos parecen encantadores sin que necesiten ejecutarmonerías todo el rato.
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